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El arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha participado esta semana en la Asamblea Plenaria del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que se ha celebrado en Roma del 6 al 9 de febrero. Es la primera reunión de este tipo en la que participa Mons. Iceta, que forma parte de este organismo vaticano desde el 1 de junio de 2022, cuando el papa Francisco lo eligió como miembro de pleno derecho.

Durante esta semana, los cardenales y obispos que forman parte del Dicasterio han abordado cómo fortalecer y motivar el trabajo de formación litúrgica y, en ese sentido, han tenido como principal objetivo delinear los cursos de formación basados en la carta apostólica Desiderio desideravi que el Papa publicó el 29 de junio de 2022, que está dirigida a todo el pueblo de Dios y que recoge algunas de sus reflexiones sobre la liturgia, «dimensión fundamental para la vida de la Iglesia».

Así, han recibido información de iniciativas como la del decano y ordinario de Liturgia y Sacramentos en general de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Lateranense, Angelo Lameri, que ha analizado las causas del debilitamiento de la formación litúrgica para identificar áreas concretas de acción. También han escuchado la experiencia del abad benedictino Jeremy Driscoll, que ha estudiado la formación teológica del seminario Mount Angel en Oregón (EE. UU.) y que con el título Mistagogos para el pueblo de Dios: ¿qué formación litúrgica para los ministros ordenados? ha explicado que la experiencia de treinta años en ese seminario estadounidense ha demostrado que «aprendiendo a conectar las dimensiones de la celebración eucarística con los temas principales de la tradición teológica, se logra una mistagogia que no se limita a explicar la liturgia misma, sino que a través de la liturgia desvela todos los misterios de la fe».

El tercer informe ha orientado la reflexión de los miembros del Dicasterio hacia la concreción de la pastoral de la formación litúrgica. El tema La liturgia es la primera e indispensable fuente de la que los fieles pueden extraer el auténtico espíritu cristiano» (SC 14). Caminos de formación litúrgica para el pueblo de Dios, ha sido tratado por el cardenal Gérald Cyprien Lacroix, arzobispo de Quebec y primado de Canadá. A partir de su rica experiencia personal, el cardenal ha destacado, en primer lugar, la importancia de la dimensión espiritual de la liturgia, y luego, ha ilustrado la profunda relación que une Palabra y Sacramento. La reflexión en los círculos más pequeños también ha sido muy participativa, y se ha realizado siguiendo la metodología probada en la última asamblea sinodal, manteniendo un diálogo capaz de realizar un verdadero discernimiento comunitario.

La Asamblea Plenaria del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos también ha sido recibida por el Papa esta jueves. En su discurso, Francisco ha asegurado que «sin reforma litúrgica no hay reforma de la Iglesia», y ha recordado a los miembros de este organismo vaticano que «una Iglesia que no siente la pasión por el crecimiento espiritual, que no intenta hablar de forma comprensible a los hombres y mujeres de su tiempo, que no se aflige por la división entre los cristianos, que no vibra con el afán de anunciar a Cristo a las naciones, es una Iglesia enferma».

Tras la audiencia, y en el momento de los saludos, el arzobispo de Burgos le ha entregado al Papa una carta del Seminario Diocesano de San José en la que le recuerdan, en primer lugar que, siendo obispo auxiliar de Buenos Aires, era obispo titular de Oca, diócesis que acabaría derivando en la actual archidiócesis de Burgos. Tras presentar a todas las personas que forman parte del seminario -seminaristas de diferentes diócesis, formadores, etc.-, le cuentan que están celebrando 125 de la fundación del seminario y que, con ese motivo, les gustaría visitarle, si es posible. La carta adjuntaba, además, una fotografía de los seminaristas junto a los formadores que componen el seminario.