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El arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha realizado en la parroquia de la Inmaculada la última parada de la visita pastoral que este año le ha llevado a conocer de cerca el arciprestazgo de Burgos-Gamonal.

La visita comenzó el pasado viernes, 3 de Mayo a las 10:30h, con un encuentro con la comunidad de religiosas de la Inmaculada Concepción de Castres, que le recibieron en su casa junto al vicario territorial, Julio Andrés Alonso Mediavilla, y los sacerdotes de la parroquia, Francisco Alonso Merino y Jesús Varga Andrés. En este encuentro, compartiendo un café y en un diálogo distendido, las religiosas le explicaron su carisma y la dedicación que tiene esta comunidad en la parroquia de la Inmaculada. Como novedad, se acaba de incorporar a la comunidad una religiosa de Senegal y en breve se incorporará otra religiosa de Benín.

A continuación, el arzobispo visitó las dos residencias privadas de mayores que están ubicadas en el territorio de la parroquia. Primero la residencia Las Candelas y después la residencia Los Jazmines. «El acontecimiento fue una auténtica fiesta en las dos residencias», explica el párroco, que afirma que «los responsables agradecieron mucho la visita». Mons. Iceta saludó a todos los residentes preguntándoles su nombre y el pueblo donde habían nacido y hasta se atrevió a echar una partida a los bolos. Les dio la bendición para concluir así un acto verdaderamente entrañable.

El jueves, 9 de Mayo fue el segundo día de la visita pastoral. A las 17:15h, el arzobispo llegó a la parroquia para mantener el encuentro personal con los sacerdotes. A continuación, después de visitar las dependencias de la parroquia, tuvo lugar el encuentro con los consejos parroquial y económico.

Por parte del Consejo Parroquial, se presentaron algunos aspectos a destacar de la situación social y religiosa de la parroquia. Por ejemplo, el número considerable de familias jóvenes con niños, la mayoría de clase media, así como el el alto número de niños que asisten a las catequesis y a las actividades de tiempo libre organizadas por el centro de tiempo libre Altai. También se señaló la importante labor evangelizadora que realiza el colegio diocesano Sta. Mª la Nueva-San José Artesano, con unos 1.600 alumnos, constatando que entre el 60 % y el 70% de los niños que asisten a la catequesis vienen de este colegio. También se señaló que la Barriada de la Inmaculada está entre la renta per cápita más baja de España, con un notable grupo de personas con pocos recursos, así como un número considerable de inmigrantes y personas atendidas por Cáritas parroquial.

En cuanto a la tarea evangelizadora que se lleva a cabo desde la parroquia de la Inmaculada se destacaron dos claves. Por un lado, la comunitaria reflejada en el lema Caminamos juntos. «La parroquia recibe la llamada de Dios a construir una comunidad viva y acogedora. Es decir, a generar un ambiente cálido, acogedor y cercano, que invite a participar y a pertenecer a la comunidad parroquial», explica el párroco. Y, por otro, la clave evangelizadora, desde el descubrimiento de la vocación laical y de la responsabilidad de los laicos en la evangelización. Por su parte, el Consejo de Economía presentó la realidad de la economía de la parroquia, con el reto de ayudar a tomar conciencia a toda la comunidad parroquial de que la comunión de bienes es una clave esencial de la vida cristiana.

A las 18:30h tuvo lugar el encuentro de del arzobispo con todos los grupos y realidades de la parroquia. Se fue presentando cada grupo, lo que hace y aporta a la parroquia, lo que les aporta el grupo, la tarea que realizan y los retos que se plantean. «A cada una de las intervenciones, D. Mario fue aportando sugerencias, subrayando aspectos y animando a proseguir con la tarea que realiza cada grupo», explica el párroco.

El domingo, 12 de mayo fue el último día de la visita. A las 11:00h tuvo lugar un encuentro del arzobispo con los padres de los niños de catequesis. Fue una interesante charla sobre muchos aspectos relacionados con la educación de los hijos, la pastoral familiar y la transmisión de la fe por parte de los padres.

A las 12:00h tuvo lugar la misa estacional en la que participaron los niños de catequesis, padres, catequistas y toda la comunidad cristiana. «La eucaristía fue una fiesta en la que toda la parroquia pudo disfrutar de la presencia del arzobispo», señala el párroco. Después de la misa tuvo lugar el aperitivo en el que participó toda la parroquia, colofón a un día de fiesta en el que muchas personas quisieron hacerse una fotografía junto al arzobispo, quien se despidió visitando la actividad de juegos infantiles que habían organizado los monitores de Altai.

El párroco también ha querido agradecer la visita del arzobispo «por estos días que nos ha regalado y que han supuesto un impulso a la vida de nuestra parroquia de la Inmaculada», concluye.