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Un año más, el Aula de Patrimonio que organiza la Cátedra Francisco de Vitoria de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos, comienza con energías renovadas el curso. En esta ocasión, la sesión inaugural de esta iniciativa –en la que también colabora la Delegación de Patrimonio de la archidiócesis– ha tenido como ponente a Ángel González Pieras, director general de Turismo de la Junta de Castilla y León. En su conferencia, ha abordado el papel que constituye el patrimonio como eje vertebrador del turismo en la región, junto a la gastronomía y la naturaleza.

 

Tras la presentación, a cargo de Juan Álvarez Quevedo, delegado de Patrimonio de la archidiócesis, el director general de Turismo ha comenzado recordando que «la singularidad» y «la experiencia» son las bases del turismo hoy en día. También ha señalado cómo una de las funciones del turismo es socializar el patrimonio y el conocimiento. «No solo nos vale el valor endógeno, si no también el exógeno».

 

Pero relacionar patrimonio con turismo también tiene sus complicaciones. Con respecto al patrimonio, González Pieras se ha preguntado si valoramos más el disfrute de hoy o el legado de mañana. Y es que, en ocasiones, «el pensar en el legado de mañana puede impedir el disfrute del patrimonio». En ese sentido, ha recordado que «no está mal cobrar para ver el patrimonio, porque lo que no tiene precio no se valora. Si la comunidad no percibe que el patrimonio tiene un valor, no sirve para nada».

 

Ahondando en ese concepto, ha señalado que «el turismo da riqueza y la comunidad tiene que percibirlo porque, si no, se produce turismofobia, como sucede en algunos lugares de nuestro país». Por ello, ha señalado que «el patrimonio tiene que ser percibido como un elemento generador de rentas». González Pieras también ha narrado el cambio de mentalidad sobre el disfrute del patrimonio por parte de las comunidades y su relación con la propiedad privada. Ha recordado cómo, a diferencia de otros países, en España se estuvo vendiendo patrimonio hasta mediados del siglo XX. El director general de Turismo también ha identificado algunas de las amenazas que ocasiona el turismo el patrimonio, y que son, fundamentalmente, la degradación y la gentrificación.

 

González Pieras ha concluido su exposición con dos reflexiones: que «no hay nada que valga la pena que no tenga un determinado precio», y que «en esa pugna entre legado y disfrute, siempre debe predominar el legado cuando el bien patrimonial pueda verse afectado». Algunos de los numerosos asistentes al acto han tenido ocasión de preguntar al director general cuestiones sobre promoción turística y cómo dar un valor añadido al patrimonio.