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El arzobispo, Mons. Mario Iceta, entregó ayer a los profesores de Religión la missio canonica, el documento que los capacita y envía para ejercer su labor educativa en los colegios e institutos de la provincia en nombre de la Iglesia. Lo hizo en el contexto de una eucaristía en el Seminario diocesano de San José, en la que animó a los docentes en «la tarea realmente transcendente que tienen entre manos». Recordando sus años como profesor, les trasladó que «el fruto de lo que con esfuerzo se siembra se deja ver con frecuencia al cabo del tiempo». En la misa concelebraron, además, otros sacerdotes que también ejercen como profesores en distintos institutos de la provincia.

 

Junto a la celebración litúrgica, el encuentro contó también con una parte formativa. El vicario de Pastoral, José Luis Lastra, presentó a los asistentes las líneas maestras de la archidiócesis para los próximos cuatro años, de acuerdo con el plan de pastoral. Dentro de las propuestas que recoge el documento, atañe a los profesores de Religión y a la delegación de Educación «crear un plan de trabajo en pastoral juvenil con los colegios que esté en relación con las parroquias y asociaciones», así como «apostar por una mejor y mayor educación afectivo-sexual de adolescentes y jóvenes, utilizando los diversos recursos a nuestro alcance».

 

El Código de Derecho Canónico (n. 804) establece que el obispo es el responsable de organizar y vigilar la formación y educación religiosa católica que se imparte en cualquier escuela. Es la conferencia Episcopal la que establece las normas generales para la adecuada docencia. Para ello exige una titulación adecuada (licenciatura o grado en Teología para Secundaria y diplomatura o grado en Educación para Infantil-Primaria), además de disponer de la DECA (Declaración de competencia académica) que acredita su preparación pedagógica.