TT Ads

Este martes, 11 de febrero, la Iglesia celebra la fiesta de la Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos y de las personas que los acompañan y atienden. Con ese motivo, se celebra también la Jornada Mundial del Enfermo, que en nuestro país da inicio a la Campaña del Enfermo, que concluirá con la Pascua del Enfermo, el próximo 25 de mayo, VI Domingo de Pascua.

En ese marco, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos, ha presidido una misa en la parroquia de San Gil, abad, sede de la Archicofradía de Nuestra Señora de Lourdes de Burgos. A la celebración eucarística ha acudido una multitud de fieles, entre los que había personas que están padeciendo alguna enfermedad, así como aquellas que las acompañan, los voluntarios de Pastoral de la Salud, los miembros de la Archicofradía y de la Hospitalidad de Lourdes.

En su homilía, el arzobispo ha reflexionado sobre la creación del ser humano a imagen y semejanza de Dios y la responsabilidad que ello conlleva en el cuidado de la Creación y de los más frágiles. Mons. Iceta ha comenzado recordando el relato de la Creación, destacando que «la humanidad ha sido creada en un acto de amor de la Santísima Trinidad» y que «la unión entre el hombre y la mujer es imagen y semejanza de Dios». Ha advertido sobre la tendencia actual a enfrentar a ambos sexos, recordando que «no es el plan de Dios» y que están llamados a la comunión.

A partir de la lectura del Génesis, el prelado ha insistido en el concepto de «responsabilidad» como respuesta ante Dios y ante el prójimo. Ha afirmado que «la creación nos ha sido confiada para que la cuidemos» y que «la responsabilidad implica responder por los enfermos, los pobres y los más vulnerables». Ha citado a san Juan de Ávila que, en sus palabras a san Juan de Dios, le recordó que «los enfermos no son tuyos, sino de Dios, y Él los ha puesto en tus manos para que los cuides».

En su reflexión sobre el Evangelio, Mons. Iceta ha advertido sobre el peligro de «sustituir el amor de Dios por la observancia de preceptos». Ha explicado que los fariseos habían multiplicado normas que no estaban en la Ley de Dios, olvidando que «la ley suprema es el amor». Ha subrayado que «en ocasiones, nuestras vidas se complican con muchas cosas, cuando todo se reduce a amar a Dios y al prójimo».

En el marco de la Jornada Mundial del Enfermo, el prelado ha compartido la reflexión del papa Francisco en su mensaje para este día, centrado en tres palabras: «encuentro, don y compartir». Ha resaltado que «la enfermedad es un tiempo de encuentro con el Señor», una ocasión para experimentar su cercanía y compasión. Ha subrayado que «en la enfermedad se percibe una soledad profunda que solo Dios puede habitar», y que «Dios nunca abandona a los que atraviesan momentos de debilidad».

Finalmente, el arzobispo ha invitado a los fieles a acudir a la intercesión materna de la Virgen María, confiando a su cuidado a los enfermos y a quienes los acompañan. Ha concluido su homilía pidiendo que «el amor materno de María sea luz y esperanza en nuestras vidas».

Al concluir la misa, el arzobispo ha recorrido las naves del templo con el Santísimo Sacramento, para terminar ofreciendo la bendición con él a toda la archidiócesis, especialmente a los enfermos, incluyendo aquellos que se encuentran impedidos y no han podido asistir a la celebración.