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Una oportunidad para crear redes de acogida ha sido el lema del primer Círculo de Silencio que ha celebrado este 2024 la Delegación de Pastoral para las Migraciones de la archidiócesis de Burgos, en esta ocasión, acompañada del grupo de pastoral con inmigrantes de la parroquia de Santa María la Real y Antigua de Gamonal.

Ni el frío –el Círculo se ha celebrado con una temperatura cercana a los 0ºC— ha impedido que un numeroso grupo de personas se haya reunido en el Paseo de la Sierra de Atapuerca para este acto reivindicativo. Y es que, frente al frío de la indiferencia, los participantes se han comprometido a construir redes de solidaridad.

Durante el acto, se ha leído un manifiesto, en el que, entre otras cosas, se recuerda que venimos de celebrar la Navidad, «el nacimiento de un Dios migrante. De una familia errante que tuvo que buscar refugio en una cueva para que María diera a luz a su hijo. Y posteriormente tuvieron que huir a Egipto buscando seguridad, como tantos refugiados en el planeta hacen hoy», señala el documento.

El manifiesto también afirma que «el mundo se ha vuelto un lugar más violento si lo comparamos con el principio de este siglo, lo que provoca mucho movimiento migratorio» y, después de citar los numerosos conflictos armados en marcha, señala que el mundo occidental saca «beneficio económico con la venta de armas, el encarecimiento de las materias primas y los elevados precios de los alimentos».

Por eso, concluye recordando que «esta tarea requiere del esfuerzo de todas y todos para abrir las puertas del corazón a los que sufren. Son desafíos nada fáciles porque a veces cunde el desánimo. Por eso este Círculo de Silencio es una invitación a construir redes de amor y faros de esperanza que den luz a una nueva humanidad».