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El ritual se ha repetido un año más. Al clarear el día, cientos de burgaleses se han concitado en la plaza del Rey San Fernando para participar en el popular Rosario de la Aurora. A las 6:30 de la mañana, la imagen de la Virgen de Fátima ha salido de la catedral y ha enfilado las calles de la Paloma, Laín Calvo, San Juan, la Moneda, plaza de Santo Domingo y el paseo del Espolón mientras era arropada por los cantos de los Avemaría que han completado los cinco misterios gozosos del Rosario.

En el itinerario, varias paradas para relevar los hombros que han portado la imagen y encomendar las intenciones por las que se han ofrecido los cinco misterios: el compromiso de los cristianos en medio del mundo, los misioneros que llevan a Jesús en los lugares donde todavía no se le conoce, por la Iglesia, por el Papa y por los jóvenes, para que sepan dar al mundo razón de su esperanza.

La conversión, camino para la paz

Tras el rezo del Rosario, de nuevo en la catedral, el arzobispo ha presidido la misa. En su breve homilía, mons. Mario Iceta ha subrayado el mensaje de la Virgen de Fátima, centrado en la conversión: «El gran efecto transformador del Espíritu Santo es la conversión del corazón y el perdón de los pecados». «Arrancaré vuestro corazón de piedra, incapaz de amar, soberbio, orgulloso, inmisericorde, y os daré un corazón de carne como el mío».

Y «el efecto de la conversión del corazón es la paz, la paz en la familia, en nuestra tierra y en el mundo». La paz del mundo siempre es «inestable, basada muchas veces en argumentos de conveniencia», ha explicado. Pero la de Jesús es una paz «nueva, fruto del amor del Espíritu Santo». «Hoy pedimos la intercesión poderosa y materna de la Virgen María para lograr la conversión y la paz», para lograr su efusión plena en la Iglesia en el próximo Pentecostés, que celebrará este domingo. «Pedid el don del Espíritu Santo esta semana, con María aguardemos el don de lo alto», ha pedido.

El Rosario de la Aurora es uno de los actos de piedad que reúne a mayor número de personas en la ciudad. Organizado por la Milicia de Santa María de Burgos, este popular Rosario no es el único acto mariano que se desarrolla durante el mes de las flores. Las tardes de cada sábado de mayo congregan también a un buen número de burgaleses en torno a la estatua de santo Domingo de Guzmán, en el paseo Sierra de Atapuerca, para rezar el Rosario. Coincidiendo con el último sábado del mes, las parroquias del arciprestazgo de Gamonal también organizan un Rosario al clarear el día. En Aranda de Duero, esta misma tarde, tendrá lugar un Rosario de Antorchas que partirá de la parroquia de Santa Catalina.